Ayer tarde, tras meses de agónica espera, por fin pude recoger mi Jawa. Varios contratiempos con piezas de repuesto no disponibles retrasaron el momento de salir del taller; la bien llamada "dolorosa" fue como su nombre indica. Eran las 5 de la tarde y a 37ºC salí con un bellísimo petardeo de una moto de 2 tiempos callejeando... General Ricardos, Avda. de los Poblados, la gente mirando, unos chavales del barrio, me pararon para sacarse fotos, y enfilar la carretera hacia Perales del Río y San Martín. Velocidades de 50, 60 -no daba más de sí-, acostumbrándome a un cambio duro que debía manjar con el talón para no joderme el pie, pero feliz, que pasada, aun inseguro; inseguridad refrendada por unos neumáticos de sección cuadrada -en vez de redonda, como son los neumáticos de moto actuales- que crean mucha inestabilidad en curva. Neumáticos pensados para durar y durar bajo las más duras condiciones. Subir al "puerto" de la Marañosa y al bajar, huelga de motor. A duras penas, parando y arrancando 5, 6 veces, conseguí llegar a San Martín. Tras esperarle varias cervezas y aquarius, llegó Mazarías y tras trastear un poco en la moto me explicó que seguramente fuera el exceso de calor. Llegué bien a casa.
Esta mañana la volví a coger y me dí una vuelta por una carreterilla preciosa entre Valdelaguna y Villarejo. La moto, va cogiendo cofianza; hoy la pude poner a 70-80. El olorcillo del monte, del campo. Me gusta, me gusta...